lunes, 16 de noviembre de 2009

"En tiempo de tribulación no hagas mudanza"

Pues eso es justo lo que acabo de hacer, apenas un par de semanas atrás. Una mudanza de casa, la experiencia no por ser conocida es menos traumática.
Según mi entender hay tres tipos de mudanzas. Las que son un sueño hecho realidad en las que el mudado solo transporta su tarjeta de crédito y adquiere nuevamente todo lo que necesita, esta solo la he visto en mis fantasías euromillonarias.
Las que son propias de quien pertenece a un status, en el que se puede permitir contratar una agencia especialista que llevan todo y el mudado se limita a coordinar donde quiere esto y lo otro.
Las demás (entra las que se incluye la mía), en las que uno tira de amigos con furgonetas o transportistas de segundo nivel; son parecidas a un remake de bajo coste de una película de Tarzán, donde los porteadores van subiendo por el monte Mutia con los fardos en los lomos. En este tipo de mudanzas no existen las uniformes cajas de Fedex con el ajuar de la familia, sino cajas de fairy y otros productos recogidas la semana antes en las puertas de supermercados y otros establecimientos para tal efecto, las ropas se transportan en maletas...bolsas de chinos y bolsas de basura comunitarias. El conjunto es sobrecogedor, es el efecto inverso de los regalos, un buen envoltorio promete un buen regalo, en este caso ver las pertenecias personales metidas en bolsas de basura tamaño comunitario, hace tener la impresión de que lo que se posee solo merece ser transportado de esta manera.
Por supuesto, ese es el día en el que uno se cruza con todos los vecinos del inmueble, no importa si no los vuelves a ver, la primera impresión es la que queda. La impresión de que un tipo raro con complejo de diógenes se ha mudado al vecindario, así que cuando te vean bajar la basura por las noches se preguntaran si vas o vienes.
Otro aspecto penoso y lamentable es el colchón;nunca cabe en el ascensor y lo vas arrastrando por todos lados, además salvo que sea nuevo y esté impoluto parecerá que lo acabas de recoger del contenedor de un hospital psiquiatrico. Es como pasear una especie de calzoncillo usado gigante por la nueva comunidad.
Finalmente cuando uno ha conseguido reunir todas sus pertenencias en el interior de su nueva casa debe enfrentarse al caos más absoluto, esto viene a durar entre una y dos semanas.
Moraleja: En tiempo de tribulaciones o en cualquier otro procura no hacer mudanza.

Saludos